Abaratar el despido, descentralizar la negociación a
nivel de empresas, reducir el poder sindical, eliminar las cláusulas de revisión
salarial en función del IPC son algunas de las medidas que piden para hacer
rentables sus empresas y dicen facilitara la creación de puestos de trabajo.
La realidad es que los empresarios españoles disfrutan de
unos costes laborales y fiscales más bajos que la gran mayoría de los países de
nuestro entorno.
Ventaja que estos dirigentes son incapaces de aprovechar
para hacer una gestión empresarial competitiva.
También hablan de salarios relacionados con la
productividad.
¡Seamos realistas pidamos lo imposible!
Esto es lo nos quieren decir estos patronos que han llevado
a la quiebra entidades financieras y endeudado las empresas a pesar de invertir
poco en I+D.
Hacen gala de una desfachatez intolerable.
Resultados económicos negativos no impide que se otorguen a ellos
mismos y a sus directivos indemnizaciones
por cese y pensiones vitalicias de muchos millones.
Premian la mala gestión y luego se atreven a pedir que no
se actualice el sueldo con la inflación.
Tanto es
su saber hacer que Rosell el presidente de la CEOE se atreve en señalar lo que se debe de
hacer en la función pública.
Vamos,
con que legitimidad se atreve a dar lecciones de gestión.
La
nefasta gestión empresarial es el mal que padece nuestra economía.
Que
hagan autocrítica y con humildad miren como dirigen sus negocios los empresarios alemanes.
Tienen
costes laborales y fiscales más altos y además dan participación en la gestión
de la organización a sus empleados con mecanismos de cogestión.
Ilustración Manel Fontdevila Público