martes, 21 de septiembre de 2021

El PROYECTO DE “RAGULL CENTRE” ABRE EL DEBATE SOBRE UN SANT CUGAT MAS INCLUSIVO.

Han pasado cinco meses desde que el gobierno municipal presentó el proyecto “Ragull Centre”, como una nueva centralidad urbana que se ha proyectado en un solar de 10.155 metros cuadrados situado en el numero 14 de la rambla del Torrent d’en Xandri.

Lo ha hecho, aprovechando sus competencias en la regulación del suelo, a cambio de modificar la calificación urbanística de un terreno industrial, consigue que la propiedad acepte que 72 viviendas, de las 118 que se proyectan construir, sean de alquiler protegido gestionado por el ayuntamiento.

Este espacio, además de las viviendas, contará con unas actividades económicas y comerciales, unos equipamientos municipales, una plaza, una zona verde y un parking soterrado.

La previsión es que los trámites urbanísticos estén aprobados durante el año 2023.

El gobierno municipal afirma que la finalidad del proyecto es facilitar el acceso a la vivienda y contribuir a frenar la emergencia habitacional que padece la ciudad.

 

LAS CLAVES DEL DEBATE.

El suelo del municipio es un recurso necesario y limitado, es escaso, por lo que dirimir respecto a su uso y disfrute es potencialmente conflictivo.

El modelo de ciudad es por lo tanto un debate político sobre los conflictos que se están generando sobre la forma de decidir quién obtiene qué (acceso), cuando y como (regulación).

Nuestro municipio entre los años 1990 a 2009 ha sufrido un fuerte proceso de urbanización.

En todos esto años, la política urbanística llevada a cabo por los sucesivos gobiernos municipales de Convergencia i Unió ha facilitado el dominio de las fuerzas del mercado, inmobiliarias, fondos inversores y bancos, para convertir Sant Cugat, en un espacio de segmentación social, accesible como residencia para personas y familias con rentas medias altas.

 

 


Asimismo, la presencia pública de los gobiernos de la Generalitat y del Ayuntamiento, estructuralmente débil en el sector del mercado del suelo y la vivienda, ha facilitado el proceso de mercantilización de la vivienda.

Los datos del Barómetro de Sant Cugat de diciembre 2020 nos dicen que el 35,5% de la población del municipio viven en régimen de alquiler, que el precio medio mensual del mismo es de 1060€  y que el 49,7% de de las personas tienen dificultad para hacer frente al pago de la hipoteca o alquiler.

Por su parte, el Observatorio Del Consell Comarcal del Vallès Occidental, señala que los habitantes de Sant Cugat destinan hasta un 57% de sus ingresos en pagar la vivienda.

Unos datos que hemos de poner en relación con el que corresponde a las personas  que padecen una situación de exclusión social (pobreza y/o carencia material) y que asciende al 18,4% de las que residen en Sant Cugat.

https://www.scribd.com/document/516702747/Barometre-Inclusiu#from_embed

El alto coste de la vivienda que no para de crecer ha provocado un brutal impacto social.

Por una parte hay personas y familias  que deseando vivir en Sant Cugat  se ven forzadas a cambiar su domicilio a otro municipio.

Por otra parte el pago del elevado gasto de la vivienda empeora las condiciones de vida de muchos vecinos y vecinas de nuestro municipio.

 


 https://www.foro-ciudad.com/barcelona/sant-cugat-del-valles/habitantes.html

 

RAGULL CENTRE UN PROYECTO QUE ADOLECE DE UNA VISION RELACIONAL, DE  CRITERIOS DE TRANSVERSALIDAD, TRANSPARENCIA Y PARTICIPACIÓN.

 

El 22,4% de los habitantes de Sant Cugat señalan la vivienda como uno de los principales problemas de la ciudad (Observatorio de febrero 2020).

https://www.santcugat.cat/files/651-16163-fitxer/ObservatoriSociologic_febrer2020_200429.pdf

Con este dato, es razonable pensar que la ciudadanía de forma muy mayoritaria se pueda mostrar favorable con el propósito del proyecto.

¿Entonces como se explican las ruidosas reacciones contraria al mismo de organizaciones vecinales y de los comerciantes y los tibios apoyos recibidos?

Ragull Centre significa un cambio relevante de política urbanística y se ha perdido la oportunidad de presentar un proyecto con un plan integral, transversal para crear una nueva centralidad que beneficiara el  ámbito territorial cercano y que va implementar mejoras concretas en lo cotidiano en el bienestar de individuos y grupos de vecinos de nuestro municipio.

El gobierno municipal no ha sabido explicarlo y ha presentando un proyecto incompleto y sus respuestas a las críticas recibidas fueron apresuradas y a la defensiva.

¿Que ha fallado y como corregirlo?

 

NO HAY VISION RELACIONAL.

El gobierno municipal debe aprovechar el tiempo que dure la tramitación del proyecto, y  hasta que se haga realidad, para construir con la comunidad una visión compartida del modelo de ciudad y lograr el máximo apoyo posible al proyecto.

El debate abierto sobre modelo de ciudad debe ser aprovechado para debatir y definir éste con una nueva visión de ciudad menos difusa, más sostenible, más inclusiva y que va a mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas.

NO HAY CRITERIOS DE PARTICIPACIÓN.

La ausencia de participación, en la elaboración del proyecto presentado, debe ser corregida  mediante una propuesta que articule la misma en la definición de su diseño definitivo, en su ejecución y posterior gestión de los servicios que se ofrezcan a esta nueva centralidad.

NO HAY CRITERIOS DE TRANSVERSALIDAD. 

El proyecto de Ragull Centre ha puesto de manifiesto que tenemos un Gobierno municipal que lleva a cabo sus políticas de forma departamental y segmentada por concejalías. 

Esto conlleva una mala definición de problemas y de las políticas y una deficiente gestión de los programas y los servicios.

La nueva centralidad proyectada crea una comunidad más densa que hace más difícil la segmentación social y en principio más sostenible, pues  hace posible las relaciones y los intercambios sin grandes costes de movilidad y recursos.

Ahora bien, la densidad tiene ciertas desventajas como el mayor uso y desgaste de los espacios colectivos y los problemas que derivan de una movilidad aun basada en el transporte privado y por tanto una potencial erosión de la convivencia y una mayor contaminación. 

El proyecto, no aporta nada respecto a un modelo de movilidad sostenible  pues no se trata de coches sí o no, se trata de priorizar la salud.

Es muy probable, que en esta nueva centralidad van a vivir personas con rentas medias y bajas y que algunas tengan dificultades socioeconómicas.

Así por ejemplo, se debería prever un programa específico  de extensión de atención domiciliaria para mayores o personas con riesgo de exclusión.

Respecto a los servicios públicos a proveer en este nuevo espacio residencial, éstos deben serlo con una nueva visión y avanzar el futuro de un Sant Cugat con unos servicios que aumenten el bienestar cotidiano de las personas.

En este sentido se podría prever la implementación de la recogida de residuos con el sistema puerta a puerta que incrementa el reciclaje y reduce emisiones contaminantes,  lo cual nos permitirá alcanzar los niveles fijados por la Unión Europea.

También planificar que este servicio, como otros, sean prestados directamente por el ayuntamiento y no externalizado.

Habría que preguntarse si es conveniente llevar a cabo acciones de valor en ámbitos tan relevantes como la educación, la salud, la emprendeduría y el empleo, la juventud y la gente mayor.

Igualmente, respecto al tejido de actividades económicas, pues con esta operación, que comporta la pérdida de suelo industrial, se refuerza que la economía del municipio  pase al sector servicios y se debilita el sector industrial

En definitiva, hemos de valorar como muy mejorable la gestión del gobierno municipal porque el proyecto con una finalidad encomiable resulta falto de todo lo expuesto, no dando respuesta a lo que sería una estructuración de la ciudad que se desea que avance hacia un modelo más inclusivo.