Los 6 años que han pasado desde el inicio
de la crisis económica hacen posible evaluar las consecuencias de
las políticas de austeridad y afirmar que son un fracaso
económico, un desastre social y una devaluación de la democracia sin
precedentes.
Ya tenemos datos para conocer el mal hecho
por estas políticas y así lo demuestran David Stucker y Sanjay Basu autores
del libro Por qué la austeridad mata. El coste humano de
las políticas de recorte*.
Stucker y Sanjay facilitan una información que me permiten hacer
unas notas representativas de lo que ha pasado en estos años en dos países, Islandia y Grecia,
golpeados con fuerza por la crisis a partir del año 2007.
ISLANDIA, en octubre de 2008 frente a los
efectos de la crisis de las subprime en Estados Unidos y
los compromisos contraídos por sus bancos solicito ayuda a la Fondo
Monetario Internacional (FMI) para poner en marcha un plan de rescate.
Los
islandeses organizaron marchas masivas contra esta medida.
A
comienzo del 2010 se organizó un referéndum para que el pueblo diera
su opinión.
¿Había que absorber la
deuda privada para reflotar a los bancos mediante la reducción drástica del
presupuesto gubernamental?
¿O había que negarse a
pagar para invertir en la reconstrucción de la economía?
El
93% de los islandeses eligió la segunda opción.
Así, en
plena recesión los islandeses eligieron seguir aumentando los
gastos a la protección social.
Los gastos suplementarios sirvieron por
ejemplo a:
Financiar
programa de "alivio de deuda" para los dueños de viviendas con hipoteca.
Esta
ayuda sirvió para evitar una explosión del número de personas sin
hogar.
En
2012 la economía islandesa mostraba un crecimiento del 3% y el
desempleo se ubicaba por debajo del 5%
En
junio de 2012 el país cancelo parte de su deuda antes de lo
previsto.
El
FMI se vio obligado en reconocer que el original plan aplicado por
Islandia estaba consiguiendo una recuperación
"sorprendentemente".
En el periodo de la crisis la mortalidad
en Islandia disminuyo regularmente a pesar de un leve incremento de los
suicidios.
GRECIA, en mayo de 2010, recibio del FMI la propuesta de un préstamo con las condiciones habituales:
Privatización de empresas e infraestructuras públicas, recorte de los programas de protección social.
Privatización de empresas e infraestructuras públicas, recorte de los programas de protección social.
Los griegos se manifestaron en contra
reclamaron un referéndum sobre este acuerdo de austeridad como
se había hecho en Islandia.
Se
aplico sin ser sometido a votación.
Frente
al aumento del desempleo, las pérdidas de viviendas y el incremento de la
deuda privada, muchos griegos no pudieron recurrir a la protección social para
sobrevivir.
A medida que los presupuesto de los hospitales
disminuían resultaba cada vez
mas difícil conseguir una visita al médico.
Como consecuencia de los recortes en
los programas de pulverización con insecticidas de los
mosquitos una epidemia de virus Nilo Occidental estalló en agosto de
2010 causando la muerte a sesenta y dos personas.
El paludismo erradicado desde el año 1970 hizo su reaparación.
El
consumo de droga aumento un 20% sobre todo entre los jóvenes golpeados
por una tasa de desempleo del 40%.
A
pesar de los recortes la deuda pública esta por las nubes el 165 % del PIB en
el año 2011.
EL FMI, finalmente, admitió " hemos
subestimado los efectos negativos de la austeridad en el empleo y la
economía"
¿A la luz de estos datos serán capaces
de rectificar todos aquellos que en nuestro país, desde el gobierno
central o autonómico, optaron por salvar a los bancos en lugar de a las
personas?
Parece que no y están dispuestos a
continuar por este camino, a pesar de que saben que han perdido toda
legitimidad democrática, al haber ignorado en estos últimos seis
años a la multitud de personas que se han manifestado por todas
partes para denunciar los recortes y pedir otra política económica.
*Taurus Madrid 2013